Según la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), la menopausia es un momento de la vida de la mujer caracterizado por el cese de la menstruación, y que inicia una etapa de la vida que se conoce como climaterio. Esta etapa representa la transición entre el período fértil y la vejez. A pesar de no ser una enfermedad, provoca, en la mayoría de las mujeres, síntomas molestos que alteran la dinámica social y laboral.
Al menos un tercio de su vida, las mujeres la pasarán en la etapa de la menopausia. Sin embargo, la desinformación y la asociación histórica entre la mujer y su rol reproductivo en la sociedad ha desembocado en que, a pesar de ser un proceso natural, muchos de los cambios, físicos, cognitivos y emocionales, que se producen en esta etapa, siguen siendo desconocidos para la mayoría. Otros síntomas, como los sofocos, son motivo de chistes o bromas que no son más que otra forma de desacreditar a las mujeres por su edad. Las percepciones negativas de la menopausia se ven acentuadas en una sociedad patriarcal, que utiliza frases sarcásticas, peyorativas y despectivas para hablar de esta etapa.
Desde NO PAUSA, organización latinoamericana, se busca visibilizar la menopausia con una perspectiva contemporánea e intergeneracional. Reivindican que es la hora de tomar conciencia del reduccionismo y la invisibilidad sobre toda una etapa de transición que tiene su lógica más profunda en la asociación feminidad-menstruación y en el rol histórico maternal que la mujer ha tenido que desarrollar en el marco de una estructura social que nos relega al perder nuestra capacidad reproductiva.
Desde el año 2000 se celebra, el 18 de octubre, el Día Mundial de la Menopausia, porque es urgente, en una sociedad que premia por encima de todo la belleza y la juventud en la mujer, crear conciencia de que la menopausia es una fase de la vida de la mujer, dar a conocer y naturalizar los cambios y los síntomas, y asociarla a una etapa nueva e ilusionante.
Anna Freixa, catedrática de Psicología Evolutiva de la Universidad de Córdoba, autora del libro Sin reglas, que se centra en la sexualidad de las mujeres después de la menopausia, desmonta el macronegocio farmacéutico y médico con las mujeres en esta etapa, y concluye que tras los sofocos del climaterio hay mucha vida placentera. Asocia la menopausia a un tiempo de crecimiento, no de declive, y previene a las mujeres ante las múltiples formas de incitación a la enfermedad: convencer a las personas sanas de que si no toman determinados tratamientos pueden ponerse enfermas.
También la ginecóloga Jen Gunter, autora de Manifiesto por la menopausia, denuncia que la visión negativa de la menopausia, la concepción de la menopausia como una enfermedad, es una construcción del patriarcado que rige en las sociedades occidentales como la nuestra, en las que los hombres deciden qué encuentran o no aceptable o deseable. Anima a todas las mujeres a exigir información fidedigna sobre lo que van a vivir en esta etapa para empoderarse y huir de las inseguridades generadas por la presión social, en uno de los mejores momentos para la mujer, en el que ha alcanzado plenitud de conocimientos y muchas de sus metas personales.
Desde la Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical queremos visibilizar socialmente la menopausia y abolir el edadismo. Hablar de esta etapa natural de la vida de la mujer, compartir vivencias y sentimientos, es empoderarnos. Tenemos que sentirnos orgullosas de las experiencias acumuladas y romper con el código del silencio para apoyarnos.